En mi recorrido normal deambulando por el mundo y las calles de la gran y tormentosa lima, me e dado cuenta de muchas cosas q talvez para cualquiera podría pasar desapercibidos, seres que podrían haber sido sacados de una novela picaresca o dramaticota, solo vasta con subir salir a la puerta de tu casa para ver a algún o barios ambulante ofreciendo sus productos, peor q al mas mínimo aviso del serenazo corren apresurada, asta chispamente, como si hubieran visto al demonio o si un meteorito cayera y buscan donde refugiarse, el recorrido nos lleva asta un paradero, común, como la q ahí en tu esquina o la mía, se hace notar un personajillo, reconocible a simple vista, con su reloj, una tabla de apuntes y unos sencillos siempre a la mano, es el apuntador, el encargado de avisar a las mataviejas, perdón, buses de transporte publico, quienes van delante de el o a cuanta distancia, como si se tratara de una carrera, aunque eso pareciera por la velocidad con la que van, después de esperar a al carro durante una hora y media (q suerte q no demoro tanto) lleva repleto de personas, no me queda mas q subir, porque para esperar al siguiente me da flojera, así q caballero nomás, y como si fuera una prensadora, el cobrador nos grita “haber señores avancen mas al fondo, q queda sitio, queriendo q ocupemos el mas mínimo espacio q queda libre, asiendo alarde de sus dotes de científico diciendo toda materia ocupa un lugar en el universo, por lo tanto, no debe sobrar espacio, a medida q el carro avanza por las calles a travéz de ese conjunto de huecos con pedacitos de concreto q nosotros llamamos pistas, las personas se van bajando, yo agarro un asiento junto a la ventana, como me gusta para admirar mejor el paisaje, el carro se detiene y una decena de vendedores se acercan a la ventana tratando de venderte sus productos, q por cierto te venden al doble del precio y no sabes si estarán frescos, se escucha un golpe en el carro y el micro comienza a avanzar, miro por la ventana y se me vienen a la mente muchas cosas, el carro para en un semáforo y aparecen unos jovencitos saltando y asiendo marometas y malabares, tanto talento y mendigando, pero en fin así es la vida, así es esta cruel y maldita vida, pero ¿q puedo hacer?, ¿q puede hacer un pela gato, q pasa desapercibido en la multitud por ellos? ¿que?, el carro comienza a avanzar nuevamente avanza unos metros, se escucha un silbato y se detiene en seco, los pasajeros comienzan a reclamar al conductor y el cobrador le grita a este “tamare, ¿por qué te pasaste la luz?, ahora el tombo va a venir a joder”, un policía de esos comunes q se ven por las calles dizque cuidando el orden cuando a sus espaldas están robando, se acerca a la ventana del chofe
Nada jefe solo q no me di cuenta q cambio rápido- le responde el chofe con acar de yo no fui
Voy a tener q sancionarlo-dice el policía sacando un bolígrafo de su chaleco
Ya pe jefe no sea malo-responde el chofer y llama al cobrador para q le pase algo- ¿ta cansado jefe? Pa su gaseosita
El policía recibe un billete q al parecer era de 10 soles y se retira diciendo “q esta sea la ultima vez, q no se vuelva a repetir”, el carro avanza y sigue con su trayecto normal…
o_O EmOvi O_o
1 comentarios:
a pzzzzz es lo mismo que pasa en mi pais, cosas de esas se ven a diario y pzzz si hay mucha gente con talento que de eso vive haciendo maromas en lo semaforos o vendiendo caramelos para poder sobrevivir en una sociedad tan corrupta.
::ninia lau::
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