Mi odiada amorosa iquitos

Dicen que uno no sabe lo que tiene asta que lo pierde, que no se valora las cosas asta que se esta lejos o nos ase falta, amo a iquitos porque es la tierra que me vio nacer y crecer, lo amo de la misma forma que a mi madre, porque eso es, mi madre, la amo por su gente, ese pueblo tan unido y tan alegre, que recibe a sus visitantes con una sonrisa fuerte y un caluroso abrazo ,que esta siempre unido en las buena y en las malas, para celebrar victorias y sufrir derrotas, juntos, por sus tantas historias que de niño me hacía pensar dos veces antes de asomarme a mi “huerta” cuando escuchaba un fuerte silbido o el frió recorría mi cuerpo, esas historias que hablan de grandes animales, seres increíbles capaces de transformarse o mimetizarse con la gran selva y creadores de grandes aventuras, pócimas tan alicientes que son difíciles de explicar lo q sientes y ves cuando las ingieres, o lo q produce en esa persona, ahí para todos los gustos, para el despechado, para el debilucho, para el impotente, en fin para cada caso, la amo por su ciudad, ese pequeño rincón de la amazonia, pero a las ves con tantas cosas para dar, la amo por su aguaje, su cecina con tacaho, su suri y otros tantos potajes que alguna ves me causaron curiosidad y me saciaron mi voraz apetito, la amo por su ñaño, su casharo, y tantas jergas tan ingeniosamente inventadas, por esa manera de hablar tan peculiar y como “cantadita”, y que nos distingue y nos identifica en todo el mundo, la amo por su clavero, por su pantojas, por su roles y tantos otros gloriosos hombres que descansan bajo su hermoso manto verde, por sus lluviones que asían casi inaccesible mi calle y tenia que entrar casi “en canoa”, por sus motocarros y minifaldas, pero guardo rencor, en el fondo, por eso odio a su gente, no por como son, sino por parte de su manera de pensar, por encerrarse en sus costumbres, por pensar un rayo le puede alcanzar sobre todo si no se tapan o tienen dos coronas, como si su mano fuera mas rápido o el rayo tuviera ojos, por pensar en la posesión y darle gran ímpetu a eso, captando asta la atención de la prensa nacional, y en algunos casos resignarse y no creer en la ciencia, por esa la odio, por no abrir un poco su mente hacia la modernidad, aceptar la moda, los avances de la medicina y la globalización, la odio por su calor, ese mandito calor tan sofocante y agobiante, que te despierta a las 6 de la mañana y no et deja dormir mas, que te da el color bronceado y “cobrizo”, como dijo el presidente, característico de la zona y que te ase sudar como cerdo, la odio por su san Roman, por sus pirañas si bien no son del mismo nivel de los de Lima, que los ahí los ahí, esta es mi muy querida y odiada ciudad, asía es como la veo, así es como la siento y así es como ella me ase sentir, pero sobre todo esta es mi tierra, la tierra del sol resplandeciente, la tierra de los grandes árboles y el colchón verde, ella es simplemente buena, es simplemente mala, es simplemente Iquitos


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